ESTILO DE VIDA SALUDABLE
martes, 17 de enero de 2017
CUIDADOS CON LA HIPERTENSION ARTERIAL
1. ¿Qué es la tensión arterial alta (hipertensión)?
La hipertensión, también conocida como tensión arterial alta o elevada, es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las partes del cuerpo. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear. La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma; por ello se le conoce como el "asesino silencioso". En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre.
2. ¿Por qué es peligrosa la hipertensión arterial?
Cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. La hipertensión es la causa prevenible más importante de enfermedades cardiovasculares y ACV del mundo.
Si no se controla, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. Los vasos sanguíneos pueden desarrollar protuberancias (aneurismas) y zonas débiles que los hacen más susceptibles de obstruirse y romperse. La tensión arterial puede ocasionar que la sangre se filtre en el cerebro y provocar un accidente cerebrovascular. La hipertensión también puede provocar deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.
Las consecuencias de la hipertensión para la salud se pueden agravar por otros factores que aumentan las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o insuficiencia renal. Entre ellos cabe citar el consumo de tabaco, una dieta poco saludable, el uso nocivo del alcohol, la inactividad física y la exposición a un estrés permanente, así como la obesidad, el colesterol alto y la diabetes mellitus.
3. ¿Cómo se puede prevenir y tratar la hipertensión arterial?
Todos los adultos deberían medirse su tensión arterial periódicamente, ya que es importante conocer los valores. Si esta es elevada, han de consultar a un profesional sanitario.
A algunas personas les basta con modificar su modo de vida para controlar la tensión arterial, como abandonar el consumo de tabaco, adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y evitar el uso nocivo del alcohol. La reducción de la ingesta de sal también puede ayudar. A otras personas, estos cambios les resultan insuficientes y necesitan tomar medicamentos con prescripción médica.
Los adultos pueden contribuir al tratamiento tomando la medicación prescrita, cambiando su modo de vida y vigilando su salud.
Las personas con hipertensión que también tienen un alto nivel de azúcar en sangre, hipercolesterolemia o insuficiencia renal corren un riesgo incluso mayor de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Por tanto, es importante hacerse revisiones periódicas de la cantidad de azúcar y de colesterol en sangre y del nivel de albúmina en la orina.
Todos podemos adoptar cinco medidas para minimizar las probabilidades de padecer hipertensión y sus consecuencias adversas.
- Dieta saludable:
- promover un modo de vida saludable, haciendo hincapié en una nutrición adecuada de niños y jóvenes;
- reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de café al día);
- comer cinco porciones de fruta y verdura al día;
- reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
- Evitar el uso nocivo del alcohol, esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida estándar al día.
- Actividad física:
- realizar actividad física de forma regular y promover la actividad física entre los niños y los jóvenes (al menos 30 minutos al día).
- mantener un peso normal: cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos.
- Abandonar el consumo de tabaco y la exposición a los productos de tabaco.
- Gestionar el estrés de una forma saludable, por ejemplo mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.
4. ¿Dieta de un paciente con Hipertension Arterial?
4. ¿Es la hipertensión un problema frecuente?
A nivel mundial, más de uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, un trastorno que causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones por accidente cerebrovascular o cardiopatía. Complicaciones derivadas de la hipertensión son la causa de 9,4 millones de defunciones cada año en el mundo.
En casi todos los países de ingresos altos, el diagnóstico y tratamiento generalizado de esas personas con medicamentos de bajo costo ha propiciado una reducción significativa de la proporción de personas con tensión arterial elevada, así como de la tensión arterial media en todas las poblaciones, lo que ha contribuido a reducir la mortalidad por enfermedades del corazón. Por ejemplo, el 31% de los adultos en la Región de las Américas de la OMS padecía tensión arterial elevada en 1980, en comparación con 18% en 2014.
En cambio, los países de ingresos bajos tienen la prevalencia más elevada de tensión arterial elevada. En la Región de África de la OMS se estima que en muchos países más del 30% de los adultos sufre hipertensión, y esa proporción va en aumento. Asimismo, los valores medios de la tensión arterial en esta región son mucho más altos que la media mundial.
En los países en desarrollo, muchas personas con hipertensión no saben que la padecen ni tienen acceso a los tratamientos que podrían controlar su tensión arterial y reducir significativamente su riesgo de defunción y discapacidad por cardiopatía o accidente cerebrovascular. Diagnosticar, tratar y controlar la hipertensión es una prioridad de salud en todo el mundo.
CUIDADOS DEL PIE DIABETICO
Cuidado de los pies en caso de diabetes
La diabetes puede
causar daño a los nervios y los vasos sanguíneos de los pies. Este daño puede
causar entumecimiento y reducir la sensibilidad de los pies. Como resultado de
esto, es posible que los pies no sanen bien si se lesionan. Si le sale una
ampolla, tal vez no la note y puede empeorar.
Revísese
los pies todos los días. Inspeccione arriba, a los lados, las plantas de los
pies, los talones y entre los dedos.
Busque:
Busque:
- Piel seca y cuarteada
- Ampollas o úlceras
- Hematomas o cortaduras
- Enrojecimiento, calor o sensibilidad
- Puntos firmes o duros
- Si no puede ver bien, solicítele a alguien que le revise los pies.
Llame a su proveedor de atención médica
inmediatamente por algún problema en los pies que tenga. No intente tratar
estos problemas usted mismo. Incluso las heridas o ampollas pequeñas pueden
convertirse en problemas grandes si se desarrolla infección o NO sanan.
Las úlceras en los pies son
causa común de hospitalización para las personas con diabetes.
Lávese
los pies todos los días con agua tibia y jabón suave. Los jabones fuertes
pueden dañar la piel.
- Verifique primero la temperatura del agua con las manos o el codo.
- Séquese suavemente los pies, sobre todo entre los dedos.
- Use loción, vaselina, lanolina o aceite sobre la piel seca. NO se ponga loción, aceite ni crema entre los dedos de los pies.
- Solicítele a su proveedor que le muestre cómo recortar las uñas de los pies.
- Remójese los pies en agua tibia para ablandar la uña antes de recortarla.
- Corte la uña en forma recta, debido a que las uñas curvas tienen mayor probabilidad de resultar encarnadas.
- Verifique que el borde de cada uña no ejerza presión dentro de la piel del siguiente dedo.
- El podólogo (podriata) puede recortar la uña si usted no es capaz.
- La mayoría de las personas con diabetes deben hacerse tratar los callos o callosidades por un podólogo. Si el médico le ha dado permiso para que usted mismo se los trate:
- Utilice una piedra pómez suavemente para eliminar dichos callos y callosidades después de una ducha o baño, cuando la piel está suave.
- NO utilice almohadillas medicadas ni trate de rasurarlos o cortarlos en casa.
- Si fuma, suspenda. El hábito de fumar disminuye el flujo sanguíneo a los pies. Hable con su proveedor si necesita ayuda para dejarlo.
- NO utilice una almohadilla térmica ni una botella de agua caliente en los pies. NO camine descalzo, sobre todo en el pavimento caliente o en las playas de arenas calientes. Quítese los zapatos y calcetines durante las visitas a su proveedor para que pueda revisarle los pies.
Zapatos y calcetines
Use zapatos en todo momento para
proteger los pies de una lesión. Antes de ponérselos, revíselos siempre por
dentro para ver si hay piedras, clavos o zonas ásperas que puedan lastimarle
los pies.
Use zapatos que sean cómodos y que
ajusten bien cuando los compre. Nunca compre zapatos que sean estrechos, con la
esperanza de que se vayan a estirar a medida que los use. Es posible que no
sienta la presión de zapatos que NO le calcen bien. Se pueden presentar
ampollas y úlceras cuando el pie presiona contra el zapato.
Pregúntele al médico acerca de
zapatos especiales que puedan brindarle más espacio a los pies. Cuando consiga
zapatos nuevos, ablándelos lentamente. Póngaselos una o dos horas al día
durante la primera o segunda semana.
Cámbiese los zapatos ablandados
después de 5 horas durante el día para modificar los puntos de presión en los
pies. NO use sandalias tipo chancletas ni pantimedias con costuras. Ambas
pueden causar puntos de presión.
Use calcetines limpios y secos o
pantimedias sin elásticos ni costuras todos los días. Le ayudarán a proteger
los pies. Los agujeros en los calcetines o las pantimedias pueden ejercer
presión dañina en sus pies.
Es posible que usted quiera ponerse
calcetines especiales con relleno extra. Los calcetines que apartan la humedad
de los pies los mantendrán más secos. En clima frío, use calcetines abrigados y
NO se quede afuera en el frío por mucho tiempo. Utilice calcetines limpios y
secos para acostarse si tiene los pies fríos.
Cuándo debe llamar al médico
- Enrojecimiento, hinchazón o aumento del calor
- Llagas o hendiduras
- Hormigueo o sensación de ardor
- Dolor
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